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Más allá del cargo formal de Secretaria General de la AETIJ[1] durante ¡más de dos décadas!, Marisa Barredo ha sido cuerpo y alma de la asociación. Su tenacidad mantuvo vivo (aunque con respiración asistida) al único colectivo de teatro para la infancia que durante años hubo en mi país. Lo mantuvo vigente en situaciones extremas, en las que ni siquiera había dinero para pagar el alquiler de la sede del Parque de las Avenidas. Ella se las agenció para encontrar a alguien que ‘adelantara’ el pago. Tuvo una intuición magistral para darse cuenta que si mantenía viva la asociación, algún día renacería. Y así fue. Renació también por obra de ella, porque tuvo la habilidad suficiente y una ‘capacidad de seducción’ infinita para atraer a la asociación en los años 90 a un nuevo equipo de personas que compuso la Assitej España de hoy.
[1] la asociación española agrupada en Assitej desde su fundación y que más tarde cambió su nombre a Assitej España
