La Asociación de Teatro para la Infancia y la Juventud, ASSITEJ –España, ante los hechos ocurridos el pasado día 5 de febrero, y que terminaron con la encarcelación de los dos titiriteros Raúl G.P. y Alfonso L.F.

 

MANIFIESTA

 

1.- En esta sobredimensionada polémica hay unos agraviados principales: dos titiriteros encarcelados.

2.- Ante la gravedad de la medida, pedimos la libertad sin cargos de los encausados. Nadie debe ser encarcelado por plasmar su visión del mundo (más o menos crítica, más o menos acertada), a través de un espectáculo teatral o de cualquier otra obra de creación.

3.- También resulta agraviada la libertad de expresión de la profesión teatral. Parece que el juez quisiera amedrentar en cierto modo a los creadores escénicos. Las obras teatrales no pueden ser fiscalizadas por instancias policiales y judiciales ni estar sujetas a sanciones coercitivas.

4.- Como asociación que reflexiona y dinamiza el sensible ámbito del teatro para la infancia y la juventud, nos sentimos especialmente concernidos por las circunstancias que rodean este suceso. Queremos expresar un rechazo firme al escaso rigor con el que a menudo se realizan las programaciones para niñas y niños, por parte de los encargados de confeccionarlas y de los equipos administrativos que los designan.

5.- Hacemos un llamamiento a favor del respeto por el público infantil y hacia los profesionales que proyectan su trabajo en ese sector de la población. El público infantil requiere unos códigos, espacios y desarrollos que deben ser cuidados y salvaguardados por la sociedad, más allá de la carga ideológica que determinados sectores políticos y mediáticos han desplegado para utilizar este asunto como arma arrojadiza contra los adversarios de turno.

6.- En este contexto, nos resulta sorprendente el enorme despliegue informativo que se ha proyectado (con unas connotaciones enormemente negativas) hacia una parcela teatral que en circunstancias normales, lamentablemente, concita escaso eco en los medios de comunicación.

7.- En definitiva, las niñas y los niños, que son también presuntos agraviados en todo este asunto, no parecen preocupar a los distintos sectores que han agitado esta polémica, sino como sujetos que utilizar por su carácter frágil o vulnerable.

8.- Por último, creemos necesario y muy oportuno promover la reflexión (seria y ajena a luchas ideológicas) sobre la importancia de poner en valor la cultura teatral para la infancia y la juventud.